PLAZA HUERTO SAN AGUSTÍN, de Jaramillo Van Sluys Arquitectura + Urbanismo, en Quito (Ecuador), 2016
Y así como quién no quiere la cosa ya estamos en agosto…No sé si es por este verano extraño que estamos teniendo en el norte, pero a mí se me está pasando volando. Seguro que muchos de vosotros estáis aprovechando estos días de las vacaciones, y quién sabe si alguno estáis visitando Ecuador. Si es así os puede interesar mucho la publicación de hoy, porque vamos a ver una plaza que se encuentra en su capital, Quito.
La plaza objeto del proyecto se ubica ocupando el lugar dónde antiguamente se situaba el registro civil y su diseño partió de dos premisas principalmente:
- Por un lado, debía ponerse en valor la memoria urbana del lugar.
- Y por otro lado, se debían incorporar nuevas áreas verdes y espacios públicos de los que pudiesen disfrutar los visitantes del Centro Histórico de la ciudad.
La primera de estas demandas se llevó a cabo a través de distintas medidas, fundamentalmente mediante la incorporación de elementos didácticos con los cuales se pretende explicar la historia del entorno próximo, como son:
- El MURAL en el que se sitúan cuatro placas, cada una de las cuales refleja el plano urbano del lugar en los últimos cuatro siglos, respectivamente. Se busca con ello dar a conocer las distintas transformaciones que sufrió el tramo de la calle Mejía situado entre las calles Guayaquil y Flores a lo largo de todos esos años.
- Los elementos de juego para los niños con forma de LAGARTIJA, relacionados con la leyenda urbana sobre “La lagartija que abrió la calle Mejía” en el s. XIX.
- La ESCULTURA de San Agustín, caminando como un visitante más por la plaza, realizada por Howard Taikeff.
- Las PIEZAS DE BRONCE que marcan la línea de fábrica en memoria del antiguo edificio del registro civil, que ocupaba la parcela desde el año 1964 y ocultaba por completo la vista posterior del Convento de San Agustín, hasta su demolición en 2015.
- Además, para el diseño del PAVIMENTO de la plaza, se reinterpretaron las líneas a 45˚ que representan los huertos en los planos históricos de la ciudad del siglo XVIII, tratando de rememorar con ello los huertos que tenían los agustinos uniendo las dos manzanas a norte y sur del eje de la calle. Ese mismo trazado se repite frente a la puerta principal de acceso a la iglesia del convento, situada en la calle Chile.
Por su parte, las zonas verdes y las fuentes de agua se integraron en el diseño del pavimento, realizado con piedra volcánica negra y andesita de dos tonos grises diferentes. Las líneas inclinadas 45˚ antes descritas se ven interrumpidas por otras líneas de pavimento más oscuro en dirección perpendicular a la calle, siguiendo el ritmo de los pórticos de la pérgola metálica, dando así continuidad a la plaza a uno y otro lado de la vía. Esa continuidad del pavimento en la zona de tráfico rodado contribuyó a que la plaza pueda extenderse a ambos lados de la calle, mejorando el espacio de acera y reduciendo la velocidad de los vehículos.
Por otro lado, cabe mencionar que cuando se derribó el edificio existente quedó al descubierto el muro de contención del convento, revestido de piedra y con casi 8 m. de altura. Para resolver ese salto entre el muro y la plaza, los arquitectos dispusieron una pérgola metálica en la que se alojan los distintos usos y actividades establecidas en el programa. Ésta cuenta con 4,50 m. de altura y está formada por pórticos situados a 1,50 m. de distancia. Dentro de ella se pueden distinguir:
– Dos locales.
– Una zona de sombra al aire libre.
– Baños públicos.
– Dos plazas de aparcamiento para uso de los agustinos.
– El acceso a la circulación vertical del convento, que data de los años 60.
A la pérgola se suma una celosía metálica de mayor altura, que busca crear una nueva fachada para el volumen en el que se sitúan la escalera y las salas adosadas a la sacristía del convento.
Las diferencias de cota existentes se consiguen salvar con una acera continua, que se adapta a la pendiente de la Calle Mejía, y la disposición de cuatro plataformas que resuelven un desnivel de casi 5 m. entre la parte más alta y más baja de la plaza.
En definitiva, con la intervención se ha logrado transformar un espacio verde privado en un área de gran calidad para el disfrute público.
¿Qué os ha parecido? Seguro que si conocéis el estado anterior, cuando todavía el espacio estaba ocupado por el edificio del registro de 1964, aún os gusta mucho más la intervención. Os incluiré una foto en la galería.
Con esto me despido por hoy, pronto más.
B.
FUENTE:
FOTOS:
Sebastián Crespo
No Comments