Situado en Muros de Nalón (Asturias), este apartamento ha sido reformado para adaptarlo a las necesidades de sus propietarios, una pareja joven que buscaba conseguir espacios más amplios y luminosos, así como modernizar los acabados y los muebles de cocina.
En su ESTADO INICIAL, el piso contaba con una cocina-comedor, a la cual se producía el acceso desde el exterior; un salón, que contaba con la única ventana del apartamento que da a la calle; un pequeño y estrecho pasillo, con su correspondiente puerta; un baño en buen estado y con ventana hacia un generoso patio de luces; un dormitorio individual de reducidas dimensiones y sin ventana; y un dormitorio doble con una gran ventana hacia el citado patio.
Con el PROYECTO DE REFORMA se tomaron dos medidas de redistribución fundamentales. Por un lado, se unieron los espacios de cocina-comedor y salón, convirtiéndose en una única estancia. De este modo, el acceso a la vivienda tiene lugar en un espacio abierto y luminoso, al contar éste con la ventana-balcón que da a la calle. Por otro lado, se incorporó el espacio del dormitorio individual al dormitorio doble, creando una zona de vestidor que otorgó una gran amplitud al dormitorio, donde, además, se ha dispuesto una zona de trabajo frente a la ventana.
La idea de anular el dormitorio individual vino motivada por considerar que el dormitorio individual no contaba con las condiciones de salubridad mínimas por su falta de luz y ventilación naturales.
En lo que respecta a los acabados y otras pequeñas actuaciones, las actuaciones llevadas a cabo en la reforma dieron lugar a la sustitución del pavimento existente por uno nuevo y continuo de tarima en toda la vivienda, la renovación del mobiliario de cocina y la colocación de nuevas puertas, siendo corredera la del baño para aprovechar mejor su reducido tamaño. También se harán algunos ajustes a la instalación eléctrica para modificar la ubicación de los puntos de luz y los interruptores.
Los paramentos verticales son en su práctica totalidad de color blanco, introduciendo toques de color oliva en la pared situada tras el sofá y en el frente de cocina, dónde se declinó la idea de colocar alicatado, sustituyéndose por una pintura fácilmente lavable. Estas pinceladas de color buscaban romper el «blanco total» y otorgar cierta calidez, manteniendo igualmente las líneas sobrias para no recargar y empequeñecer un espacio ya de por sí reducido. Esta idea de sobriedad fue también la seguida al escoger el mobiliario de cocina, blanco y sin pomos ni tiradores demasiado llamativos.
El baño estaba recién reformado y era realmente aprovechable, por lo que únicamente se actuó en él para colocar el remate de azulejo negro que fue necesario colocar al eliminar los premarcos de la puerta existente. Otras pequeñas actuaciones y detalles son el lacado de la cara interior de la puerta de acceso, con el fin de integrarla en la pared, aplicándole el mismo color; así como también de la mesa y sillas de comedor, que se aprovecharon.
Tras el sofá se instaló una balda decorativa de lado a lado y los rodapiés también se eligieron del mismo color que las puertas. Los últimos detalles fueron la elección de los mecanismos eléctricos, optándose también por la línea más minimalista y sencilla posible, y las lámparas, que otorgan diferentes ambientes y se adaptan a los diferentes usos de cada estancia.
En lo relativo al mobiliario, se recurrió a muebles sencillos y económicos, aprovechándose los armarios con los que ya contaba el apartamento, a los que se les acopló un sistema de baldas para el calzado.
¡Este pequeño apartamento no ha podido quedar más aprovechado!
Si quieres conocer algo más sobre este proyecto, no dudes en dejar tu comentario o en ponerte en contacto conmigo.
No Comments