REHABILITACIÓN DE UNA CASA DE 1920 SIGUIENDO CRITERIOS PASSIVHAUS, de Lucía Olano Lafita en el Barrio de las Tres Torres (Barcelona), 2016
Y así como si nada, estamos a un pasito de cambiar de año ¡y de década!
Si algún tema ha estado de actualidad en 2019 ha sido la crisis climática que sufre el planeta y el agotamiento de recursos al que hemos llegado con nuestro modo de vida.
Este tema debería preocuparnos a todos, ya que condiciona en gran medida la calidad de nuestra vida y, sobre todo, la de las generaciones futuras. Está claro que individualmente cada uno de nosotros podemos hacer muy poquito y que es necesario tener un gran apoyo de gobiernos y grandes empresas, que faciliten poder hacer gestos mucho mayores.
Desde el punto de vista de la arquitectura hay grandes oportunidades para conseguir que el planeta sea un lugar mejor. Las viviendas, y los edificios en general, son una fuente importante de emisiones a través de sus sistemas de calefacción, por ejemplo, y además, los procesos industriales de producción de materiales, son a su vez grandes emisores de CO2 al aire que respiramos.
Por eso es importante que los arquitectos y nuestros clientes intentemos orientarnos hacia construcciones tendentes al consumo casi nulo, empleando energías renovables y materiales lo más naturales posible, y si son locales, mejor. Una buena guía para alcanzar estos objetivos es el famoso estándar Passivhaus, que puede aplicarse no solo a obra nueva y a viviendas unifamiliares, sino que también es posible rehabilitar edificios siguiendo estas buenas prácticas y hoy en día se están construyendo edificios plurifamiliares y dotacionales de varias plantas siguiendo este estándar.
Un ejemplo de su aplicación en el campo de la Rehabilitación es el proyecto que os quiero enseñar hoy, obra de la arquitecta Lucía Olano Lafita, que ha llevado a cabo la reahabilitación de una vivienda construida en 1920.
La vivienda había sufrido varias ampliaciones posteriores a su construcción que habían distorsionado su aspecto original, por lo que uno de los objetivos del proyecto fue la recuperación de su memoria histórica y la integración de esas partes añadidas, que pasaron a ser una especie de jardineras que envuelven el volumen modernista original, según palabras de la arquitecta. Otro de los objetivos fundamentales fue el seguimiento de los criterios del estándar passivhaus para convertirla en una vivienda de consumo energético casi nulo.
Además de esos hitos fundamentales, a través de la intervención se recuperaron las fachadas originales, con sus ventanales curvos característicos, y se bajó la planta baja aproximadamente medio metro para mejorar su relación con el espacio exterior que la rodea.
Si algo destaca en el interior de la vivienda es su escultural escalera modernista, de formas sinuosas y acabados en madera de roble macizo y mortero de cal, que conecta la vivienda entra las plantas baja y tercera.
En lo que respecta a la distribución, la vivienda cuenta con cuatro plantas que se distribuyen de la siguiente manera:
La planta baja cuenta con un vestíbulo, la sala de estar y el comedor y la cocina con lavadero.
Las plantas intermedias están destinadas a albergar los dormitorios y ambas cuentan con baños, que se esconden en unas «cajas» de madera lacadas, como si de armarios se tratase, con un acabado rayado, imitando el aspecto de las bovedillas.
Por último, la cuarta planta, se destina al estudio, que cuenta con una terraza con vistas al Tibidabo.
En lo que respecta a los acabados, la vivienda tiene un aspecto austero, con colores neutros, como el blanco, el ocre o el tierra, y formas y materiales sencillos, como la madera, el mortero de cal o el microcemento. En contraste se introducen elementos oscuros en los detalles del baño, las manillas, los interruptores o las luminarias.
El resultado final es una casa acogedora y minimalista, con el aura especial que le aporta su antigüedad y los pequeños detalles propios de la época modernista.
Como véis, respetar el medio ambiente y buscar construir mejor y de forma más acorde con el entorno no está reñido con la estética. Así que, ¿qué os parece si para el próximo año nos ponemos como propósito construir y rehabilitar mejor? ¡¡Yo lo anoto en mi lista!! Y espero que tú también 😉
Aprovecho para desearos un ¡¡¡FELIZ 2020!!!
B.
FUENTE: www.interioresminimalistas.com ; www.luciaolano.com
FOTOGRAFÍAS: Marcela Grassi
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